"En el curioso Miami cubano todo es al revés si viene de Cuba socialista. Sin atender razones, solo por convicción. Si un equipo cubano va a Miami a jugar pelota, para el Miami más recalcitrante del exilio cubano ni son jugadores, ni vienen a jugar. Son policías disfrazados de peloteros", escribe el columnista Jorge Dávila Miguel.
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